Atreverse a crecer

Muchas veces nos quejamos de cosas que no nos gustan, y nos quejamos de cosas que cambiaríamos de nuestra vida, y nos volvemos a quejar... "Ay..! si pudiera..." (...) y después de quejarnos... nos quejamos otro poquito y nos quedamos tan a gustito en el mismo punto repitiéndonos ese refrán que ha hecho tanto daño al mundo de "más vale malo conocido que bueno por conocer". A ese lugar propio y personal, tan conocido al que volvemos emocionalmente y que no nos sirve del todo pero que estamos a gusto porque no nos plantea retos ni afrontar grandes cambios, se le llama en psicología la zona de confort ¿Os ha pasado alguna vez? Yo he de confesar, que a mí sí.


La zona de confort incluye todas tus rutinas, creencias, actitudes, emociones, conocimientos, habilidades, formas de afrontamiento, formas de relacionarte, conductas. No es lugar necesariamente bueno ni sano, pero es “cómodo” hasta cierto punto, porque es lo conocido.

Cuando nos preguntamos conscientemente ¿Cómo quiero que sea mi futuro? ¿Qué me gustaría cambiar? ¿Qué quiero hacer con mi vida? y lo más importante ¿Cómo lo voy a lograr? Muchas veces no tenemos una respuesta clara o concreta de lo que queremos hacer con nuestra vida o hacia donde nos queremos dirigir. Y otras tantas el simple hecho de planearnos un cambio nos aterra.

En cambio, sí somos capaces de verbalizar lo que nos gusta y no que no nos gusta de nuestro pasado e incluso de nuestro presente. Tenemos bastante claro los aspectos que no queremos repetir en nuestra vida, pero no tenemos muy claro los objetivos que queremos alcanzar. Posiblemente no hayamos aprendido a hacerlo o la vida aún no nos haya situado en la cuerda floja.

La buena y mala noticia (según se mire) es que tú eres el protagonista de tu vida, es tu elección cómo quieres vivir; el dar una respuesta diferente es el inicio del cambio. Dicen que si no decides tú, alguien lo hará por ti. Tener la certeza de que en realidad SÍ se puede cambiar, pone en marcha una maquinaria maravillosa que se llama proceso de cambio, es abandonar la zona de confort.

Cuando abrimos nuestra mente a nuevas experiencias, aprendizajes, formas de ver el mundo, cuando exploramos, viajamos, escuchamos a personas diferentes o, sentimos curiosidad por aprender, descubrimos que no sólo lo conocido es lo válido. Hay otras muchas formas de pensar, sentir, actuar y de afrontar la vida. Esta es la zona de aprendizaje, donde nos preparamos para el salto.

Abandonar lo conocido da miedo, eso es innegable, pero cuando realmente hemos decidido que lo conocido no nos sirve ya, comienza una lucha entre la tensión emocional (miedos, ansiedad, bloqueo, estrés...) y la tensión creativa (ilusión, alegría, motivación, desarrollo, ganas, disfrute). La primera siempre tira de nosotros para volver a situarnos en el mismo punto. Son el miedo a fallar estrepitosamente, miedo al ridículo, al que dirán, a descubrir que no merece la pena el cambio, al desengaño, etc. Y la segunda tira en sentido contrario. Es una fuerza que nos impulsa a avanzar a CRECER y mejorar.

Salir de la zona de confort, supone lidiar esa batalla, aprender a gestionar nuestros miedos para que no se apoderen de nosotros y creer en los objetivos que nos hemos planteado, es decir, creer en nosotros.

En nuestros primeros pasos fuera de lo conocido nos sentiremos torpes, pequeños e insignificantes. Es algo normal,  volvemos a ser aprendices. Hemos pasado de ser pez en pecera a ser pez en el mar, pero debemos confiar en que no partimos de cero, que tenemos un montón de recursos personales que los podemos desarrollar en un mar que nos da un espacio infinito para crecer y experimentar. Es el mar de los grandes retos donde pasan cosas extraordinarias.

 
Poco a poco nos iremos fortaleciendo, cumpliendo los objetivos a corto plazo que nos hallamos marcado y planteándonos nuevas metas. Incluso, posiblemente ese mar se nos quede también pequeño y queramos seguir creciendo y disfrutando de la aventura que es vivir. Vencer nuestros miedos a salir de lo conocido nos proporciona la libertad de crear la vida que siempre hemos deseado tener.

 Tú eliges:

a) (zona de confort) : mismo problema, misma solución, mismo resultado.

b) ¿Qué me motiva? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo lograrlo?


¿Y si sale bien? ¿Te atreves a experimentar? 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario