Todo el mundo tiene problemas, pero en
ocasiones la vida nos coloca en situaciones en las que se nos hace demasiado
duro la escalada de obstáculos. Deseamos con todas nuestras fuerzas que pase la
tormenta cuanto antes, y a ser posible sin que nos enteremos demasiado, y la
mayor parte de las veces esa misma prisa y esa desconexión nos juegan malas
pasadas.
En otras
ocasiones, descubrimos con asombro que una vez más volvemos a estar en el mismo
punto del camino. Retos que creíamos superados, vuelven a aparecer otra vez ante
nuestros ojos, o quizá ,más preocupante aún, repetimos patrones una y otra vez,
sin ser plenamente conscientes de ello.
No hacerse
cargo de nosotros mismos es lo mismo que dejarse llevar cuando sabemos que al
final del camino hay un precipicio y no tenemos paracaídas.
Pero, ¿Qué podemos hacer?
v Empieza
por mirarte a dentro y plantearte si eres feliz de verdad con lo que estás
haciendo, con cómo estás llevando tu vida.
v Elije
tus batallas. Céntrate en el día a día en lo que tienes ,y plantéate pequeñas
cosas que quieres cambiar.
v Cuando llegue la noche, repasa el día y
piensa qué es lo que has hecho bien, qué es lo que no te ha gustado y qué es
lo que querrías cambiar para el día siguiente, y hazlo .Al día siguiente te
levantarás más motivado al tener una meta que alcanzar.
v Olvídate
de los demás, cada persona tiene su ritmo, sus dificultades y sus puntos
fuertes. Tus metas son sólo para ti.
v Busca
ayuda de un profesional colegiado, no para que se haga cargo de tus
problemas, sino para que te acompañe en tu proceso de hacerte cargo de tu
vida.
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Construye tu historia, la vida es un camino en
el que cada paso cuenta.
Gracias
por leerme.
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